Abrir y privatizar

Abrir y privatizar

{\rtf1\ansi\ansicpg1252\uc1 \deff1\deflang1033\deflangfe3082{\fonttbl{\f0\froman\fcharset0\fprq2{\*\panose 02020603050405020304}Times New Roman;}{\f1\fswiss\fcharset0\fprq2{\*\panose 020b0604020202020204}Arial{\*\falt Helvetica};}}

{\colortbl;\red0\green0\blue0;\red0\green0\blue255;\red0\green255\blue255;\red0\green255\blue0;\red255\green0\blue255;\red255\green0\blue0;\red255\green255\blue0;\red255\green255\blue255;\red0\green0\blue128;\red0\green128\blue128;\red0\green128\blue0;

\red128\green0\blue128;\red128\green0\blue0;\red128\green128\blue0;\red128\green128\blue128;\red192\green192\blue192;}{\stylesheet{\nowidctlpar\widctlpar\adjustright \f1\lang1034\cgrid \snext0 Normal;}{\*\cs10 \additive Default Paragraph Font;}{

\s15\nowidctlpar\widctlpar\tqc\tx4419\tqr\tx8838\adjustright \f1\lang1034\cgrid \sbasedon0 \snext15 footer;}{\*\cs16 \additive \sbasedon10 page number;}}{\info{\title La privatizaci\"f3n de empresas paraestatales ha adquirido un mal nombre}

{\author Luis Rubio}{\operator Velia Luz Hern\"e1ndez}{\creatim\yr1999\mo2\dy12\hr18\min50}{\revtim\yr1999\mo2\dy24\hr10\min32}{\printim\yr1999\mo2\dy24\hr10\min32}{\version13}{\edmins261}{\nofpages6}{\nofwords1356}{\nofchars7730}{\*\company CIDAC}

{\nofcharsws0}{\vern73}}\margl1701\margr1701\margt1417\margb1417 \widowctrl\ftnbj\aenddoc\hyphhotz425\lytprtmet\hyphcaps0\formshade\viewkind4\viewscale100\pgbrdrhead\pgbrdrfoot \fet0\sectd \linex0\headery709\footery709\colsx709\endnhere\sectdefaultcl

{\footer \pard\plain \s15\nowidctlpar\widctlpar\tqc\tx4419\tqr\tx8838\pvpara\phmrg\posxc\posy0\adjustright \f1\lang1034\cgrid {\field{\*\fldinst {\cs16 PAGE }}{\fldrslt {\cs16\lang1024 2}}}{\cs16

\par }\pard \s15\nowidctlpar\widctlpar\tqc\tx4419\tqr\tx8838\adjustright {

\par }}{\*\pnseclvl1\pnucrm\pnstart1\pnindent720\pnhang{\pntxta .}}{\*\pnseclvl2\pnucltr\pnstart1\pnindent720\pnhang{\pntxta .}}{\*\pnseclvl3\pndec\pnstart1\pnindent720\pnhang{\pntxta .}}{\*\pnseclvl4\pnlcltr\pnstart1\pnindent720\pnhang{\pntxta )}}

{\*\pnseclvl5\pndec\pnstart1\pnindent720\pnhang{\pntxtb (}{\pntxta )}}{\*\pnseclvl6\pnlcltr\pnstart1\pnindent720\pnhang{\pntxtb (}{\pntxta )}}{\*\pnseclvl7\pnlcrm\pnstart1\pnindent720\pnhang{\pntxtb (}{\pntxta )}}{\*\pnseclvl8

\pnlcltr\pnstart1\pnindent720\pnhang{\pntxtb (}{\pntxta )}}{\*\pnseclvl9\pnlcrm\pnstart1\pnindent720\pnhang{\pntxtb (}{\pntxta )}}\pard\plain \qc\sl480\slmult1\nowidctlpar\widctlpar\adjustright \f1\lang1034\cgrid {Abrir y privatizar

\par }\pard \qr\sl480\slmult1\nowidctlpar\widctlpar\adjustright {Luis Rubio

\par }\pard \qj\sl480\slmult1\nowidctlpar\widctlpar\adjustright {

\par La privatizaci\"f3n de empresas paraestatales ha adquirido un mal nombre. Sus detractores culpan a las privatizaciones de los a\"f1os pasados de la crisis de la econom\"ed

a, del empobrecimiento de muchos mexicanos y, en general, del hecho de que no hayan sido satisfechas las expectativas que se hab\"edan creado. Pero la realidad es que a la privatizaci\"f3n de empresas no se le pueden atribuir grandes m\"e9

ritos ni tampoco grandes culpas. La privatizaci\"f3n de empresas propiedad de un gobierno es un mero instrumento de la estrategia de desarrollo de un pa\"eds. Si la estrategia est\"e1 bien concebida, la privatizaci\"f3

n de empresas puede rendir buenos frutos; si no, es imposible pedirle peras al olmo.

\par

\par No cabe la menor duda de que hay un conjunto de objetivos que todos los mexicanos compartimos para el desarrollo del pa\"eds: una econom\"ed

a robusta que crezca en forma acelerada y sostenida y que permita crear numerosos empleos bien remunerados, bajos niveles de inflaci\"f3n, una alta competitividad y mucha riqueza bien distribuida. Si observamos el mundo a n

uestro alrededor, es evidente que hay un grupo de pa\"edses que se acerca a ese ideal, en tanto que otro grupo va en direcci\"f3n opuesta. En forma objetiva y sin pasiones es claro que las econom\"ed

as abiertas que, en general, privilegian los mecanismos de mercado para la toma de decisiones en sus econom\"edas crecen m\"e1s, son las que gozan de niveles de vida superiores y distribuyen mejor la riqueza entre sus habitantes. Las econom\"ed

as cerradas y protegidas van de crisis en crisis y se caracterizan por sus elevad\"edsimos niveles de pobreza. Esto es cierto en los pa\"edses de Europa y en los de Asia, en el continente americano y en Africa. Por donde uno le busque, las econom\"ed

as abiertas arrojan mejores resultados en todas las cosas que realmente importan: el crecimiento, el empleo y los niveles de vida.

\par

\par La pregunta que los mexicanos tenemos que hacernos es c\"f3mo se vincula el tema de la econom\"eda abierta con el de la privatizaci\"f3n de empresas. Si uno observa la diversidad de pa\"edses cuyas econom\"edas est\"e1n abiertas, es muy claro que el r\"e9

gimen de propiedad de las empresas es muy variado. Igual existen econom\"edas asi\"e1ticas con una fuerte presencia gubernamental a trav\"e9s de la propiedad de empresas, que pa\"edses que pr\"e1

cticamente no cuentan con empresas paraestatales. Francia es un pa\"eds que se ha caracterizado por un gobierno mucho m\"e1s activo en este frente que el alem\"e1

n, y eso no ha obstado para que ambos cuenten con niveles de vida muy semejantes. El punto de fondo es que la privatizaci\"f3n de empresas no es un fin en s\"ed mismo, sino un instrumento de la estrategia }{de desarrollo }{vigente por muchos a\"f1

os. Cuando en Inglaterra un candidato a primer ministro en los setenta convenci\"f3 al electorado de que la estrategia de desarrollo }{vigente por muchos a\"f1os }{era insostenible, cambi\"f3 toda la pol\"edtica econ\"f3mica y, como consecuencia, se inici

\"f3 un vasto proyecto de privatizaci\"f3n de empresas. Algo semejante, aunque con menos estruendo que el generado por Margaret Thatcher, ha venido ocurriendo en los \"faltimos a\"f1os en Francia y en varias naciones del sudeste asi\"e1tico.

\par \line El tema de fondo no es, pues, el de la privatizaci\"f3n de empresas, sino el de la apertura de la econom\"eda. Este es el punto nodal. La pregunta para M\"e9xico no es si son, ser\"e1

n o han sido buenas o malas las privatizaciones, sino si la nuestra es una econom\"eda abierta, con una clara estrategia de desarrollo, que utilice instrumentos como la privatizaci\"f3

n de empresas paraestatales, en congruencia con la estrategia general de desarrollo selecionada. El problema de la econom\"eda mexicana es que la apertura de la econom\"eda que se inici\"f3

en los ochenta ha sido inconsistente, aleatoria y parcial. En este contexto no es casual que algunas empresas privatizadas hayan resultado ser \"e9xitos indescriptibles bajo casi cualquier medida, en tanto que otras, por desgracia muchas de las m\"e1

s significativas, han probado ser rotundos fracasos.

\par }\pard \nowidctlpar\widctlpar\adjustright {

\par }\pard \qj\sl480\slmult1\nowidctlpar\widctlpar\adjustright {A la privatizaci\"f3n de empresas que eran propiedad del gobierno le debemos la quiebra de los bancos, los abusos en materia de competencia telef\"f3nica y la ausencia de opciones en transporte a

\"e9reo. Pero a la privatizaci\"f3n de empresas tambi\"e9n debemos el resurgimiento de la industria acerera en el pa\"eds, el nacimiento de la competencia en el mundo de la televisi\"f3

n, el crecimiento de la industria de los fosfatos y fertilizantes y de muchas ramas de la industria qu\"edmica y la revitalizaci\"f3n de un sinn\"famero de empresas y regiones mineras. La pregunta es por qu\"e9 los resultados son tan contrastantes.

\par }\pard \nowidctlpar\widctlpar\adjustright {

\par }\pard \qj\sl480\slmult1\nowidctlpar\widctlpar\adjustright {Hay dos factores clave en el tema de la privatizaci\"f3n de empresas propiedad del gobierno. Uno t

iene que ver con el precio de venta y el otro con las regulaciones que van a establecer el marco de acci\"f3n dentro del cual va a operar la empresa una vez privatizada. Estos dos factores tienen caracter\"edsticas muy distintas en una econom\"ed

a abierta y en una econom\"eda cerrada y, por lo tanto, en el desempe\"f1o de una empresa luego de ser privatizada.

\par

\par En una econom\"eda cerrada de un tama\"f1o intermedio, como era la mexicana (hoy es semicerrada), es frecuente encontrar que no existen precios de referencia para la venta de una empresa, por el hecho de que frecuentemente es el \"fa

nico productor en el mercado. Aun cuando hubiera varios productores, es com\"fan encontrar que los precios se encuentren distorsionados por el extraordinario peso del gobierno y de las regulaciones que \"e9

ste establece. Esto es, el gobierno, que en estas circunstancias es el vendedor, tiene autoridad sobre las regulaciones que pueden hacer m\"e1s o menos atractiva a la empresa y puede elevar o disminuir el valor de \"e9sta en funci\"f3

n de sus objetivos espec\"edfi

cos. En un extremo puede crear condiciones regulatorias para que la empresa valga muy poco, lo que se presta a toda clase de corruptelas; en el otro, puede proteger de tal manera al sector en que se encuentra la empresa, que su valor asciende a niveles ta

n absurdamente altos que crea incentivos perversos, generando conductas imprudentes y riesgosas, como ocurri\"f3 en la primera mitad de esta d\"e9cada con los bancos privatizados. Este tipo de situaciones no existe en una econom\"ed

a abierta, donde con muy pocas excepciones, existen precios de referencia a nivel internacional.

\par

\par De hecho, es inevitable que las caracter\"edsticas de una econom\"eda abierta o de una econom\"eda cerrada se manifiesten de maneras muy distintas cuando se inicia un proceso de privatizaci\"f3n de empr

esas estatales. Evidentemente, un factor central en la privatizaci\"f3n de las empresas se refiere al precio al que \"e9stas se van a vender. Pero el valor de los activos -las m\"e1quinas, los terrenos, la marca de los productos, etc\"e9

tera- es muy distinta en cada caso. En el caso de una econom\"ed

a abierta, los activos valen lo que el mercado determina que valen, no el precio que un funcionario gubernamental les quiere asignar. El valor de la empresa y sus activos se determina en funci\"f3n de lo que la empresa produce a

precios internacionales. Es decir, en su esencia, la valuaci\"f3n de activos en una econom\"eda abierta no tiene mayor ciencia, como ilustra el caso de la privatizaci\"f3n de las empresas sider\"fargicas de L\"e1zaro C\"e1rdenas en Michoac\"e1

n, en donde plantas que hab\"edan costado miles de millones de d\"f3lares fueron vendidas en menos de veinte millones porque no val\"edan m\"e1s. Lo mismo ocurre en otros campos de la vida cotidiana: en una econom\"ed

a abierta las placas de los taxis o de los camiones valen lo que el mercado dice que valen, y no, como ocurr\"eda con los camiones de carga en el pa\"eds, o como sigue pasando con los taxis de Nueva York, donde las placas con frecuencia valen mucho m\"e1

s que el propio veh\"edculo.

\par

\par No es casualidad que la privatizaci\"f3n de empresas cause innumerables controversias, pues sus consecuencias han sido, en m\"faltiples casos, desastrosas para el pa\"eds por la incompleta apertura de la econom\"eda. Sin embargo, la privatizaci\"f3

n de empresas es un instrumento neutro de la pol\"edtica econ\"f3mica. En esta \"e9poca del mundo, lo importante para el crecimiento econ\"f3mico y para la fortaleza de un pa\"ed

s no reside en la naturaleza del propietario de las empresas, sino en el dinamismo y competencia de la econom\"eda en su conjunto. A diferencia de la inversi\"f3n gubernamental directa en infra

estructura, las empresas paraestatales han sido, siempre, un lastre y un impedimento a la competitividad y al dinamismo de la econom\"eda. La conclusi\"f3n inevitable es que la privatizaci\"f3

n es un instrumento deseable para promover el desarrollo de la econom\"eda, pero siempre y cuando exista una estrategia clara de desarrollo que lleve a la consolidaci\"f3n de una econom\"ed

a abierta en todos los sentidos. De otra manera las privatizaciones seguir\"e1n siendo meras transferencias de monopolios (o, en algunos casos, oligopolios) p\"fablicos al sector privado, con las consecuencias conocidas y sufridas por todos. Esto, m\"e1

s que un in\"fatil debate ideol\"f3gico, es lo que vale la pena discutir con la iniciativa gubernamental de privatizar algunos componentes del sector el\"e9ctrico del pa\"eds.

\par

\par Las privatizaciones en M\"e9xico tienen mal nombre por buenas razones. Si bien hay algunos casos de \"e9xito extraordinario, las m\"e1

s grandes y visibles son evidencia patente de los vicios que caracterizaron al proceso. Pero cualesquiera que hayan sido esos vicios, no hubieran sido posibles en el contexto de una econom\"eda verdaderamente abierta. M\"e1s claro ni el agua.

\par

\par }\pard \nowidctlpar\widctlpar\adjustright {

\par

\par