Aprovechar la globalizacio¦ün
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\par }\pard \qr\sl480\slmult1\nowidctlpar\widctlpar\adjustright {Luis Rubio
\par }\pard\plain \s15\qj\sl480\slmult1\nowidctlpar\widctlpar\adjustright \f1\lang2058\cgrid {
\par La globalizaci\"f3n igual puede ser una oportunidad que una maldici\"f3n, pero en cualquier caso es inevitable. La realidad mundial, los avances de la tecnolog\"eda y la creciente integraci\"f3n de las econom\"edas han producido este fen\"f3
meno, del que nadie se puede sustraer. Las pocas naciones que han intentado, por cualquier raz\"f3n, seguir un curso distinto, como Corea del norte y Cuba, han acabado cada vez m\"e1
s empobrecidas. Pero el hecho de aceptar algo consumado no implica que se puedan derivar sus beneficios. M\"e9xico est\"e1 claramente a la mitad del camino: o llevamos a cabo profundas reformas en cosas bastante b\"e1sicas, o vamos a acabar perdiendo u
na oportunidad m\"e1s.
\par }\pard\plain \qj\sl480\slmult1\nowidctlpar\widctlpar\adjustright \f1\lang2058\cgrid {
\par El punto de partida es muy simple: la globalizaci\"f3n es un hecho real, incontenible e ineludible. Este proceso se caracteriza por la creciente integraci\"f3n econ\"f3mica, por la existencia de fondos de inversi\"f3n cada vez m\"e1s grandes en volum
en y cada vez m\"e1s importantes para el financiamiento de las empresas y por las comunicaciones instant\"e1neas. Si bien \"e9sta no es la primera vez que el mundo se acerca, pues hace cien a\"f1os hubo movimientos de poblaciones enteras de Europa a Am
\"e9rica, por ejemplo, el tipo de globalizaci\"f3n que hoy caracteriza al mundo entra\"f1a una gran diferencia. Cuando un poblado entero se mudaba de Irlanda a Nueva Inglaterra o de Italia a Argentina en el siglo XIX, los \"fa
nicos afectados eran los propios migrantes, los que se quedaban atr\"e1s o los que s\"fabitamente los ve\"edan llegar. Fuera de esas personas, el resto del mundo ni se enteraba. La globalizaci\"f3n de hoy nos afecta a todos, independientemente de d\"f3
nde estemos parados o que tan pobres o ricos seamos.
\par
\par Los cambios que la globalizaci\"f3n ya ha producido son enormes: las empresas industriales en el mundo, por ejemplo, fabrican cada vez menos productos finales. La gran mayor\"ed
a de ellas producen partes y componentes para otras empresas que, a su vez, se dedican a ensamblarlos y llev
arlos a los mercados de consumo. Esta nueva estructura industrial vincula a las empresas de una manera totalmente nueva, toda vez que lo que cada una produce, en precio y calidad, va a ser determinante del \"e9
xito o fracaso de las que siguen en la cadena productiva. Esta manera de estructurar la producci\"f3n ha generado enormes presiones para que las empresas eleven su productividad, capaciten a sus trabajadores y mejoren sus m\"e9todos de producci\"f3
n. El efecto de todo esto lo vemos los mexicanos todos los d\"edas: no hay que ser muy quisquilloso o agudo para observar que las empresas que ya est\"e1n en esa l\"f3gica, la l\"f3gica del TLC, son mucho m\"e1
s exitosas y pagan mejores salarios que las que se encuentran fuera de ella.
\par
\par Pero los cambios que vienen, seg\"fan todos los expertos, ser\"e1n mucho m\"e1s dram\"e1
ticos. Algunos de los que se anticipan son los siguientes. Primero que nada, los recursos con que las empresas y, en general, los proyectos de desarrollo, se financian se mover\"e1n cada vez m\"e1s r\"e1pido. Hoy en d\"eda, ninguna empresa n
i gobierno puede esconderse del ojo cl\"ednico de los analistas en los mercados financieros. Cuando los fondos de inversi\"f3n analizan las finanzas de un pa\"eds o de una empresa, lo hacen compar\"e1
ndolas con las de otros gobiernos o empresas de su tipo, lo cual arroja resultados fr\"edos e inmisericordes. Quien requiere cr\"e9dito para invertir en planta y equipo o en infraestructura y educaci\"f3
n, todo indispensable para crear riqueza y empleos, no tendr\"e1 m\"e1s remedio que sujetarse a las reglas que imponen los fondos de inversi\"f3n.
\par
\par En segundo lugar, la clave del desarrollo, aunque parezca parad\"f3jico, reside en el gobierno. Aunque una empresa puede crecer y producir riqueza sin l\"edmites, el desarrollo s\"f3
lo es posible cuando los gobiernos sientan bases adecuadas para que esa riqueza la puedan producir literalmente miles de empresas y millones de personas. El gobierno es responsable de las reglas del juego, de la pol\"edtica cambiaria, de la inflaci\"f3
n y, en general, de proveer bienes p\"fablicos y hacer cumplir la ley. De las reglas y
condiciones que establezca el gobierno va a surgir el entorno dentro del cual se van a desarrollar las empresas. Si el gobierno provee de una buena base de infraestructura f\"edsica, por ejemplo, las empresas contar\"e1
n con mayores oportunidades de crear riqueza y empleos. Si la infraestructura es deficiente, los empleos y la riqueza ser\"e1n menores. Al igual que con la infraestructura, las reglas del juego son determinantes para el desempe\"f1o econ\"f3
mico. Si los derechos de propiedad no establecen claramente qui\"e9n es due\"f1o de qu\"e9 o si el gobierno no est\"e1 dispuesto a hacerlas cumplir a cabalidad, las empresas no invertir\"e1n y las personas no ahorrar\"e1n m\"e1s que lo m\"ed
nimo indispensable para sobrevivir.
\par
\par En tercer lugar, en la medida en que los empleos futuros dependan cada vez m\"e1s del uso de tecnolog\"edas complejas, \"e9stos van a requerir personas con mucho mejores niveles de educaci\"f3n y, sobre todo, con una educaci\"f3
n cualitativamente distinta a la del pasado. En tanto la econom\"eda industrial basada en la producci\"f3n masiva exig\"eda personas dispuestas a someterse a la disciplina de una l\"ednea de producci\"f3n y con conocimientos m\"ed
nimos para entender las instrucciones m\"e1s elementales, la econom\"eda de la informaci\"f3n re
quiere personas capaces de comprender ideas abstractas, de pensar libremente y de ser muy independientes en su creatividad. Los sistemas educativos tradicionales, de los cuales el nuestro es casi protot\"ed
pico, simplemente no producen personas con esas caracter\"edsticas m\"e1s que por excepci\"f3n. De ah\"ed que, o transformamos nuestro sistema educativo desde su ra\"edz o vamos a perder, una vez m\"e1
s, la oportunidad de encontrarnos al frente de las nuevas corrientes del desarrollo mundial.
\par
\par Finalmente, no hay un s\"f3lo observador o analista de las tendencias futuras en el mundo que no afirme que en el curso de los pr\"f3ximos a\"f1os el n\"famero de monedas nacionales va a disminuir dr\"e1sticamente. Es casi universal la naci\"f3n de que s
\"f3lo las monedas fuertes van a sobrevivir, luego de que el resto de las naciones abandone poco a poco sus monedas de uso corriente. La pregunta clave es qu\"e9 es lo que hace fuerte a una moneda. En t\"e9
rminos generales, hay consenso de que la fortaleza de una moneda se deriva de dos factores fuertemente interrelacionados. Uno tiene que ver con la disciplina fiscal que yace detr\"e1s de la moneda. No es casualidad que la moneda l\"ed
der en Europa, ahora que los pa\"edses miembros del Sistema Monetario Europeo inventaron el llamado Euro, sea el Marco alem\"e1n. Detr\"e1s de esa moneda hay cincuenta a\"f1os de experiencia y convencimiento de que la inflaci\"f3
n no es un mal menor, sino una de las fuerzas m\"e1s destructivas de cualquier sociedad. El otro factor de fortaleza de una moneda es el sistema legal. Pa\"edses con sistemas legales fue
rtes, en los que el Estado de derecho es reconocido, respetado y apreciado, y con gobiernos capaces y dispuestos a hacerlos cumplir son tambi\"e9n, t\"edpicamente, pa\"edses que cuentan con monedas fuertes. Ah\"ed est\"e1
n los ejemplos de Alemania, Suiza, Singapur y Estados Unidos.
\par
\par Si vemos a M\"e9xico a la luz de estos factores, resulta evidente que nuestras debilidades son enormes. Las instituciones tradicionales -tanto las pol\"edticas como las econ\"f3micas y legales- han venido perdiendo fortaleza y credibilidad, y las que s
e est\"e1n creando a\"fan no son suficientes o est\"e1
n plenamente consolidadas, la moneda no goza del respeto de nadie, no existe Estado de derecho y, en este contexto, los derechos de propiedad son sumamente vulnerables. Para colmar el plato, la calidad de la educaci\"f3n es pat\"e9tica as\"ed
como tambien lo es la de la infraestructura, tanto f\"edsica como social y de salud. En el pasado estas deficiencias eran serias \endash s\"f3lo as\"ed se explica la extraordinaria pobreza y desigualdad que caracterizan al pa\"eds- pero en el futuro va
n a ser determinantes. Lo peor que podr\"edamos hacer a la luz del nuevo milenio es continuar dormidos confiando en que las cosas van a salir solas. Indirectamente, y sin mucha convicci\"f3n, hemos abrazado a la globalizaci\"f3
n, pero no hemos hecho nada para aprovechar su extraordinario potencial. Es tiempo de ponernos a trabajar.
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